Publicada el 8 de julio 2007
Me imagino distinguido lector que usted esta en la misma situación que yo, no tiene hijos y si lo tiene es igual la preocupación, reitero me imagino.
Esto es así debido a que nuestra sociedad desde hace tiempo lleva un declive que parece inminente y los que estamos llamadas a redefinir el rumbo sencillamente no hacemos nada y si lo hacemos no contamos con el apoyo de más voluntarios.
Vasta con mirar nuestro diario vivir para darnos cuenta del grado de descomposición social que tenemos en todos lo ámbitos, público y privado.-Que es lo que le ha pasado a nuestra sociedad que el avance de los tiempos le ha robado la dignidad y los grandes valores que sirvieron de soporte a varias generaciones de nuestro país.
Aunque se pueden establecer algunas hipótesis, la migración por ejemplo, el establecimiento de la diáspora dominicana en un país como los Estados Unidos que ha hecho de su cultura un supuesto referente a seguir.Y que decir de nuestros políticos que lo son más por conveniencias que por vocación, sobre ellos pesa la responsabilidad de ser referentes de la sociedad a la que pertenecen.
¿Pero como ha de estar templada la sociedad que mejorar pretende, si el que es bueno miente y corrompe y el que es malo enfada y engaña?Lo cierto es que como vamos nos dirigimos a lo que es un suicidio moral, donde lo malo resulta ser lo bueno y normal, y lo que es verdaderamente bueno resulta ser anormal.La preocupación es tal, que hasta el Papa se ha pronunciado al respecto del tema en cuestión, indicándoles a nuestras autoridades que hay que trabajar en la familia.
La realidad es que ninguno de nuestros gobiernos se ha preocupado por definir políticas que nos permitan preservar nuestras costumbres, rasgos morales y hacer más fuerte nuestra identidad nacional.
Sabemos que la dureza con la que fueron criados nuestros padres y abuelos no es la más correcta, sin embargo son muchos los pilares que dejo ese modelo de crianza y que aun se mantienen en nuestra sociedad. De modo que hay que reafirmar esos grandes valores y adecuarlos a la realidad actual.
De lo contrario hay que comprar la ropa para velar el sueño eterno de las buenas costumbres. ¿Qué a que sociedad entregaremos nuestros hijos? A una deshumanizada, donde a veces se siente el deseo de ser civilizado como los animales.
martes, 4 de septiembre de 2007
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