Publicada el lunes 17 de septiembre de 2007
Bajo esta consigna, los organismos que velan por la prevención de este flagelo están concientizando a la población sobre el costo de la corrupción al país. Considero que es un punto importante para ver esta situación desde otra perspectiva presentando valores y no la simple palabrería a la que nos tienen acostumbrados.
No obstante, cuando pasamos balance sobre los casos sometidos a la justicia vemos que no hay ni una sola persona tras las rejas, condenado por prevaricación y malversación de fondos públicos.
La economía dominicana ha registrado en los últimos 50 años una tasa de crecimiento promedio ejemplar por encima del 5% anual. Sin embargo, la ausencia de políticas deliberadas para convertir el crecimiento económico en bienestar social determinó, que el nivel de vida de la población no mejorara en la magnitud del crecimiento económico; y los avances registrados impactaron de manera desigual según las regiones, el género y los estratos de ingreso de la población.
¿Por qué el crecimiento acumulado no se tradujo en una mejoría de los indicadores sociales?, supongo distinguido lector que habrá dicho por la corrupción, desde luego que si. Cómo le explicará un ex funcionario a sus nietos, que por el mal manejo que él hizo de los fondos públicos en un momento dado, el país no goza de mayor desarrollo.
Caramba! Que alguien nos explique que hicieron con todos esos recursos, el nivel de desarrollo humano y otras variables sociales muy sensibles al nivel de desarrollo, como la mortalidad infantil, la calidad y cobertura de la educación y de los servicios de salud, registraron un desempeño peor al esperado dado el nivel y crecimiento económico de las últimas década.
Hoy en día que el Estado se hace ineficiente para satisfacer todas las demandas y necesidades de la población, si se hubiese empleado de una forma adecuada todos esos recursos, el Estado dominicano fuera más eficiente de lo que lo es hoy en día.
Hoy los medios de comunicación están saturados con el comercial, “La lucha, la lucha contra la corrupción”, presentándonos los ínfimos numeritos del año 2006, unos 6,260 millones, y tienen el tupe de decirnos que nosotros lo permitimos, y que como nosotros lo permitimos ahora sólo nos queda la lucha, la lucha contra la corrupción, ¡que bien nosotros luchar por lo que otro ya gozo!
Pienso que es una actitud irresponsable y de cobardía, pensar que el 90% de la población es responsable de los actos de corrupción, vamos a combatirla, pero no digan que nosotros lo permitimos.
sábado, 22 de septiembre de 2007
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