Publicada el lunes 13 de agosto de 2007
Desde finales del siglo pasado, se viene analizando la problemática de la educación nacional, identificando una serie de elementos, que bien pudieran mejorar el sistema, como un mejor presupuesto, capacitación constante de los docentes y desde luego un adecuado salario. Pero todo ha quedado envuelto en la demagogia.
En los noventa se puso en boga el famoso Plan Decenal, y en estos tiempos, el foro por la excelencia educativa. Debemos admitir de que hay ciertos avances; aulas virtuales, laboratorios informáticos, etc. ¿y la metodología de enseñanza? ¿Cómo fiscaliza la secretaría de educación, que realmente se estén agotando los programas establecidos por ésta?
El precio es el siguiente; tenemos más crímenes y en aumento, más enfermedades, debido a que los menos educados ni siquiera asimilan una campaña preventiva, y una delincuencia a raudales, que cada día le cuesta más al Estado Dominicano.
Sin embargo, en un país como este una cosa se complementa con la otra, tenemos una policía nacional lista para acribillar a los insubordinados, que por culpa del Estado, no han recibido el pan de la enseñanza, por lo tanto, cometen sus fechorías para subsistir, y como la sociedad no perdona estas cosas, la PN, se inventa el drama “intercambio de disparos”, para hacer así, su limpieza social.
Si tuviéramos más educación, el Estado no se ve obligado a hacer millonarias inversiones en unidades para patrullar, como las famosas motocicletas que costaron 17,000 dollares, cada una. Con una sociedad más educada, nuestra policía fuera más preventiva, en vez de ser tan represiva, y ha esto agregarle que la mayoría de los agentes policiales carecen de una adecuada educación.
Las personas educadas están en mejor posición para encontrar buenos empleos con salarios más elevados, gozar de mejor salud, tener mayor acceso a la información, ser más exitosas en las empresas que emprendan, entre otros beneficios. Igualmente contribuyen en mayor proporción al avance de las ciencias, la política y la tecnología. Podría decirse que es la oportunidad social que genera mayores sinergias en el desarrollo humano.
El nuevo milenio nos encuentra en la transición del proceso de globalización, con nuevas demandas de conocimientos y habilidades. Finalmente el reto es reestructurar la educación, hacerla más eficiente y modificar sus contenidos para hacerla más funcional a las nuevas exigencias del desarrollo.
martes, 4 de septiembre de 2007
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