Publicada el 18 de Junio 2007
Desde un tiempo hacia acá en el mercado abundan los autores y los libros de autoayuda, es como si fuera una plaga ver como en las librerías hay un montón de estos libros. Los cuales han contribuido a edificar personalidades de personas que se sienten excluidas en ciertos aspectos y desde luego elevar autoestima a niveles extraordinario.
Incluso hay personas que han sentido que era el combustible que les hacia falta para encaminarse hacia el éxito. Imagínese usted, lograr tener la plenitud y el dinamismo con el cual no se ha nacido, es interesante.
Ahora bien ¿Cómo podemos defendernos de los que tienen la autoestima excesivamente alta? Hoy se educa con tal obsesión por la autoestima alta, que como primera consecuencia el número de envanecidos y/o engreídos ha aumentado considerablemente.
La situación es tal que lejos de una percepción no realista de nuestras verdaderas cualidades y propias limitaciones tenderemos a tener expectativas desproporcionadas y a imponernos metas inalcanzables. ¿Quién no conoce a alguien que de verdad cree que se le debe todo, que puede lograrlo todo? Que es verdad lo que su mamá le dijo y que el mundo no tiene límites para él, independientemente de su talento de su esfuerzo, de su capacidad. Y eso, sencillamente, es falso. Esa autovaloración que se inculca a algunas personas puede terminar en un egocentrismo insoportable.
A ello únase el perverso significado que se le da al éxito y la presión social por lograrlo. Ganadores, perdedores, líderes, triunfadores, son algunos de los conceptos que predican los autores y libros e autoayudas.
Ya es hora de que se impulse la contra-literatura de autoayuda “Manual para soportar a los que se creen triunfadores”. Es que estos seres humanos se creen tan pletóricos que piensan que los demás son hormigas o seres diminutos. De modo que nos urge un manual para soportarlos.
Disculpa distinguido lector si he roto la caja de Pandora donde usted guarda su egocentrismo comprado en una librería.
martes, 4 de septiembre de 2007
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