viernes, 29 de agosto de 2008

Cuidado con nuestros fondos de pensiones

 

 

La seguridad social, es la protección que el Estado proporciona a sus miembros, mediante una serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y sociales que de otra manera derivarían de la desaparición o de una fuerte reducción de sus ingresos como consecuencia de enfermedad, maternidad, accidente del trabajo o enfermedad profesional, desempleo, invalidez, vejez y muerte; y también la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos.

 

Sin discriminación por razones de salud, sexo, condición social, política o económica; el nuevo sistema de seguridad social, ha empezado a operar con la entrada en vigor del Seguro Familiar de Salud, una verdadera novedad que mejorará la calidad de vida del pueblo dominicano, en cuanto a la asistencia de salud se refiere.

 

Los fondos acumulados hasta la fecha, desde que se iniciara el sistema contributivo en el 2001, han despertado el interés del gobierno y el sector privado, interés que crece conforme pasa el tiempo y aumentan estos fondos.

Según datos de La Superintendencia de Pensiones, al 30 de junio de 2008, estos fondos ascendían a RD$57,188 millones un equivalente al 4% del PIB. La ley 87-01 que crea el Sistema Dominicano de Seguridad Social, establece con claridad que los fondos “pertenecen exclusivamente a los afiliados” que a la fecha sumaban casi 1.9 millones de personas.

 

El pasado 16 de agosto en su discurso de juramentación, el señor presidente de la República, Dr. Leonel Fernández, puso nuevamente en boga el uso de esos recursos, para otorgarle préstamo al sector agropecuario por un monto de 7 mil millones.

 

Que bueno que se quiera relanzar el sector, el problema es que no es con dinero del presupuesto nacional, sino con unos fondos que no le pertenecen a la administración pública. Sí hay fondos para construir para construir carreteras, puentes, y abultar la nómina pública. Porque no para un sector tan vital que garantiza la subsistencia de la nación. Para despilfarrar recursos en francachelas electoreras, si hay dinero, no así para producir la alimentación del país.

 

Según expertos este parece uno de los sectores menos viables para financiar, dado que la banca local, con más de 40 años y con la experiencia de otorgar financiamiento, no ha querido incursionar en el funcionamiento de la agropecuaria.

Por que es más fácil obtener financiamiento para viviendas, vehículos o locales comerciales, porque estos bienes están respaldados por un seguro, y forman parte los propios bienes a modo de garantía, para cumplir con la obligación; es decir son susceptibles de incautación.

 

Y eso es lo que no existe en nuestro país un seguro agropecuario dígame usted ¿Cómo financiar una cosecha que no esta asegurada? ¿Con la tierra? Entonces la banca se haría dueña de todas las tierras, y además el interés de toda entidad financiera es que el deudor pague, no así la incautación de los bienes.

 

Sí en definitiva se usan estos fondos de la manera menos adecuada se pondría en peligro el objetivo de los fondos de pensiones “que es financiar pensiones dignas”.

 

Otro renglón en el cual se desea invertir dichos fondos, es en la construcción de viviendas cuando en este país hay miles de familias que el INVI y el BNV, le han asignado viviendas, y pregunte usted si han pagado el inicial, y el Estado se ha tenido que hacer el desentendido ante la cultura del no pago, ya que no hay precedente de que se haya hecho un desalojo por el no pago.

 

Para el 2022, más del 463 mil afiliados o cercas de 174 mil cotizantes habrán llegado a la edad en que tendrán derecho a una pensión según la SIPEN.

Imagino que en 20 años, cuando empiecen a pagarse las pensiones, la gente se quejará porque los montos serán muy bajos, si en el camino nosotros aceptamos que financien proyectos de baja rentabilidad dice Salcedo Libre, especialista en la materia.

 

Por todo lo antes expuesto, no nos neguemos a la inversión de los fondos, pero si a que se inviertan en sectores que no garantizan la rentabilidad de los mismos.

 

 

 

 

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