Asegúrese una campaña millonaria, tire la red y recoja lo que encuentre, después de todo es una vieja costumbre en la política criolla asociarse con el poder económico. Si Ud. gana tendrá que devolver estos favores. Recuerde el viejo dicho popular: "No puedes morder la mano del que te da de comer".
Cargue su discurso con mucho nacionalismo y pedigrí popular. Pasee por los mercados, arenales, barrios urbanos marginales; cargue niños, regale alimentos, ropa, ollas, platos, tazas, vajilla en general. Tiene que darse sus baños de multitud acompañado de una sonrisa de futuro. No olvide visitar a su dentista, sonría a todo el mundo, llore si la circunstancia lo amerita.
Sea severo en las críticas a los abusos del FMI, grite, sea contundente: ¡Voy a terminar con la corrupción!, hable de
Coordine algunos discursos subidos de tono con la embajada norteamericana, pues en caso contrario su electorado le gritará derechista, pituco insolente. Si le es posible, llame a su lista a un personaje de origen popular para limpiar su imagen derechista o centrista. Diga que gobernará con todos, evite emocionarse y hacer el papelón al decir "gobernaré con mis amigos y los grupos de poder económico que financiaron mi campaña".
El arte del disimulo y el doble, triple o quíntuple discurso es la fórmula. Hable de acuerdo al contexto: si lo invitan los trabajadores hable para ellos, si lo invitan los grandes "empresaurios" haláguelos y hágalos sentirse cómodos. No se le vaya a ocurrir criticarlos. El destacado periodista peruano Herbert Mujica Rojas, con respecto a los grandes empresarios peruanos manifiesta que la mayoría de ellos están acostumbrados a vivir de la teta estatal, del favoritismo y clientelaje.
Hable del apoyo a la agricultura, construcción de casas, escuelas, atender a los viejitos, hable de la micro y pequeña empresa, hable de Latinoamérica, del deporte, la salud... hable de lo que quiera. Ud. es consciente que su gobierno estará condicionado por el formato de la trilogía FMI, OMC y Banco Mundial. Como explica el Nóbel de Economía Joseph Stiglitz, los tres pilares aconsejados por el Consenso de Washington durante los años 80 y 90 son: austeridad, privatizaciones y liberalización de mercados.
¡Ni se le ocurra criticar y plantear salidas fuera del formato, le gritarán: populista, comunista, dinosaurio!
Su símbolo puede ser un gallo, una cartera, un mapa, una escoba o un calzón, eso es lo de menos. Consiga eso sí, una buena agencia de publicidad.
martes, 22 de abril de 2008
Manual del perfecto presidente idiota latinoamericano
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario