Un Estado que no sabe cuánto gasta en las provincias, inequitativo en materia educativa, con una democracia atrapada por prácticas clientelistas y un sistema de salud que prefiere curar enfermedades en lugar de prevenirlas.
Ése es el retrato que el Informe sobre Desarrollo Humano del programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD) hace de República Dominicana en su más reciente investigación titulada “Desarrollo Humano, una cuestión de poder”.
El estudio tomo como punto de partida las conclusiones del Informe Nacional de Desarrollo Humano 2005, cuyo contenido evidenció que el desarrollo relativamente bajo de la sociedad dominicana no es fruto de la falta de recursos.
Los investigadores comprobaron que el problema está en la existencia de un estilo de crecimientos económicos y ordenamiento institucional que crea riqueza reproduciendo miseria.
Y entre las causas de esa situación, citan un proceso de descentralización hecho “a la brigandina (entre 1997 y 2007 el total de municipios y distritos municipales se triplicó) y que el Estado no sepa cuánto gasta en las provincias del país.
Que el sistema político haya creado una sociedad en donde, “lo mal hecho no recibe sanción” que en nada favorecen el desarrollo humano.
Comprobaron además, que a mayor pobreza y privaciones, en las provincias, una mayor proporción de la población vota y que a mayor bienestar de la población, se observa una menor participación electoral, contrario a lo que dice la teoría de que existe una asociación positiva entre la participación electoral y las capacidades de la población.
Precisa que la mayoría de los centros de atención primaria en salud, pese a tener una buena distribución territorial en términos de infraestructura, “no cuentan con el personal, ni los equipos necesarios, lo que provoca problemas de acceso, eficiencia y equidad territorial”.
El informe considera que ha faltado voluntad política para terminar de implementar de implementar la reforma del sector salud que comenzó a mediado de los 80 y que aún no ha tenido un impacto positivo en las mejoras de los servicios.
El estudio determinó que no hay convergencia en términos de desigualdad, ya que las provincias más ricas cada vez se hacen más ricas y las pobres más pobres.
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