Piense lector por un momento en el milagro asombroso de su propia existencia:
Usted es un ser único, inigualable e irrepetible. Nadie, absolutamente nadie, es igual a usted. Jamás ha existido ni existirá en este mundo otro ser como usted. Nadie fue, es ni será como usted, constituido biológicamente de la misma manera, ni influido por idénticas circunstancias ni dotado de las mismas energías, sentimientos y percepciones.
¿Quién es usted en definitiva?, nada menos que el prodigioso resultado, la estupenda obra maestra de un ininterrumpido encadenamiento de circunstancias sociales, económicas, históricas y culturales entrelazadas sutilmente con otras tantas combinaciones genéticas mediante las cuales diminutos genes y cromosomas alteraron caprichosamente sus proporciones, decidieron acentuar tal rasgo y atenuar tal otro, se unieron y se desunieron millones de veces y predominaran unos sobre otros a lo largo de miles de años en una sucesión interminable de actos de amalgamas, superposiciones, cruzamientos y fusiones que posibilitaran el milagro de que entre millones de posibilidades contra una, apareciera en este mundo y en este siglo, un sujeto como usted.
Un solo hecho imprevisto y casual ¡uno sólo por insignificante que este hubiera sido! Producido como al pasar en algún punto de su oscuro pasado genealógico, quizás en
¡Que maravillosa lotería cósmica hemos ganado quienes llegamos a este mundo!
Antes de seguir adelante permítaseme una divagación: dejándome llevar por el apasionante análisis de nuestro origen existencial. Me puse a pensar que si
Los izquierdistas deberían reconocer que cuando predican contra el capitalismo están repudiando ingratamente su propio origen existencial y contribuyendo al mismo tiempo a mutilar las cadenas biológicas de futuros seres humanos que también querrán venir a este mundo.
Hecha esta digresión, retornemos al tema central. Tardo miles, quizás millones de años en construirse nuestra individualidad única e irrepetible. Somos por lo tanto, el producto indiviso de la combinación de los caracteres biológicos y espirituales de nuestros antepasados laboriosamente construidos desde el principio de los tiempos en perfecta armonía con el universo y conforme los planes del Supremo Hacedor.
Así que sintámonos orgullosos de ser únicos en el Universo.
1 comentario:
Escribir es un don que sólo los vates pueden conseguir a través de las imspiuraciónes que mos regalan los númenes... Y como reflexionista y articulista de las realidades, sé que el pago de un artículo es la crítica de los lectores. Te deseo éxito hermano y no hagas caso de los comentarios endebles.
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