La noche del 27 de febrero de 1844 constituye uno de los capítulos más importantes de nuestra historia republicana, el grito de independencia hecho por los trinitarios bajo la dirección e ideología de Juan Pablo Duarte, es un verdadero ejemplo de una obra altruista y progresista que merece y tenemos la obligación de venerar y recordar.
Fueron muchos los que no creyeron en este proyecto de nación ideado por Duarte, muchas las traiciones a tal punto, que desearon volver del lado del enemigo, por no querer defender un objetivo de muchos días de análisis y dedicación por parte de prohombre y mujeres heroínas que abrazaron el sentimiento patriótico que hoy nos identifica como país.
Y como Dios siempre esta del lado de las causas nobles, fue notable la participación de figuras que supieron acrisolar e instaurar las ideas Duartianas, en el periodo post independista.
A los 164 años de la independencia, nuestro país tiene una realidad frustrada, y todo producto de hombres que no han sabido jugar su papel en los distintos escenarios que ha tenido nuestro país, gentes apátridas que han interpuesto sus intereses personales ante los intereses del país.
Estos 164 años de independencia, encuentran nuestro país inmerso en una especie de jungla, donde el irrespeto a las leyes, la corrupción, el tráfico de influencia malsana parecen ser la norma y sobre todo servidores públicos que apadrinan estas situaciones.
A los 164 años de independencia, nuestro país tiene la misma o igual desigualdad social que motivo
Oh! Duarte, tú que dijiste, La política es la ciencia más digna después de la filosofía en ocupar las inteligencias más nobles, hoy esa ciencia que defendiste es un mercado donde la mejor táctica es denostar al opositor con las vilezas y bajezas más rampantes, que tú Duarte jamás soñaste.
A los 164 de la independencia, la educación es pobre, la salud tétrica, y el sustento de muchas familias sólo mejora en años que como estos son electorales. La seguridad ciudadana un asunto del azar.
Con problemas ancestrales que otras naciones con menores condiciones que nosotros han superado por la implementación de políticas serias a favor de sus habitantes.
A los 164 años de independencia, no tenemos una política clara de inmigración y lo que muchas malas noches te costo, oh! Duarte, expulsar fuera la invasión haitiana, hoy cohabitamos bajo el mismo manto. Con más reformas constitucionales que instituciones estatales que cumplan su rol, y todas hechas a la medida del gobernante de turno.
A los 164 de independencia tenemos un país endeudado, es decir, hemos alquilado la patria o hipotecado nuestra soberanía, y aun con todas estas debilidades ancestrales, por lo menos nuestros políticos no han comprometido la libertad de escuchar el himno e izar la bandera admirado Duarte.
Que Dios bendiga a este sufrido y ultrajado pueblo dominicano.
Loor y Gloria eterna a; Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella. Padres de la Patria.